¿Porqué Soy Bombero?

En algunos momentos me he preguntado ¿porque soy bombero?, también me pregunto, ¿es por la adrenalina o por egocentrismo? y me viene a la memoria la ciudad de México en 1985. 

Quizás a muchos no les dice nada esta fecha y no recuerden el suceso trágico que ocurrió, pero yo lo recuerdo como si fuera ayer, me recuerdo hasta el nombre de ella, y ahí viene la respuesta de porque soy bombero. Ella inspiró mi compromiso de servicio público, de prepararme, de ser cada día mejor, de servir sin mirar a quien, de tratar de preparar a las personas para hacer frente a una emergencia. 

Ella inspira cada día mi vocación de ser bombero... el ser bombero es más que vestir el casco y la cotona que nos identifica, es entender el llamado que dios nos hace para integrar esta hermandad, de entender las palabras "dar hasta que duela". Cuantas veces el cansancio me dice ¡quédate en la casa, no vayas!, es sólo un pasto (así llamamos a los incendios forestales) pero el subconsciente salta y habla fuerte y dice: "¿y si hay una vida en peligro?", entonces reaparece ella y me levanto y me voy al k6 (nuestra clave para indicar el lugar exacto), y ahí estoy apoyando las labores que ya están realizando mis hermanos. 

Escucho la voz del oficial a cargo diciendo: "falta agua, hay que fortalecer el frente" (lugar de la propagación o avance del fuego) y allá voy armando una línea para apoyar... sean las 4 de la tarde o las 4 de la madrugada del día domingo. 

Esto es ser bombero, esto y mucho más. 

Ser bombero es estar mojado hasta el tuétano, con frío y hambre, es asistir a una reunión que se extiende hasta las 1, 2 o 3 de la madrugada y los compromisos adquiridos quedan postergados. 

Es encontrarse con un hermano arriba de un techo en cualquier momento del día y luchar contra el furor del fuego. 

El ser bombero se entiende sólo siendo bombero. 

Mis amigos me dicen extrañados: ¿y te pagan bien? y les respondo, que el mejor pago que tenemos, es ver bien realizado el trabajo, es saber que el niñito y su madre que se atendieron en el accidente de ayer, están bien. 

El pago es la alegría de aquella niñita que llamó porque su gatito estaba en el poste y no podía bajar, y que ya lo tiene en sus brazos y le hace cariño como diciéndole: "te dije que no te subieras ahí". 

El estar en contacto con las personas y con sus miedos (también los míos) y desesperanzas, el saberte tan cerca de la muerte, de saber que el estudio diario y el entrenamiento, hace la diferencia entre la vida y la muerte, entre una vida sin mayores complicaciones que las del accidente o un futuro parapléjico. 

También me han preguntado, cual ha sido el momento más complicado que me ha tocado vivir, y no se responder, porque cada emergencia a la que se acude es una historia diferente por muchos factores, como la frustración de no tener los recursos adecuados y responder con inventiva, pasando por la incertidumbre de la familia que ve en llamas el fruto de todo su esfuerzo, como el dolor del familiar que mira como quedo el auto en que viajaba su ser querido y que ya está siendo atendido por el personal de emergencias mientras se apoya en la ambulancia con sus manos en la cabeza. 

La vida del bombero es difícil, porque tiene que lidiar con la falta de recursos, muchas veces por la falta de comprensión de esposas(os) o madres-padres, hijos-hijas. 

Los bomberos no somos de la farándula, no somos políticos, simplemente somos personas al servicio de otras personas y en eso a muchos se les ha ido la vida. 

Ya terminando estas palabras me vuelvo a preguntar ¿porqué soy bombero? y me respondo... 

¡Por ti soy bombero... por ti vida, que me cobijas día a día!